Contexto de Reciclaje

Por el Equipo Slow Fashion Next.

Imagen de Portada: Foto de Michael Burrows en Pexels.

Hoy en día, más de 15 kilos de desechos textiles son generados por persona en Europa, siendo la principal fuente de estos residuos la ropa y demás productos textiles procedentes de consumidores, aproximadamente un 85% del total. Evidentemente, esto tiene unas consecuencias devastadoras para las personas y para el planeta.

Si bien es cierto que las grandes empresas se están empezando a movilizar para hacer frente a esta situación, continúan salvaguardando sus propios intereses económicos, que pasan por continuar produciendo a una velocidad desmedida.

Apuestas por la Sostenibilidad que no son novedad.

En una entrevista reciente, nuestra Directora Ejecutiva Gema Gómez afirmaba que apostar por el reciclaje no es apostar por la sostenibilidad, ya que se da por hecho que no se va a disminuir el volumen de producción de textiles, que es precisamente donde se encuentra el problema. Desde Slow Fashion Next, consideramos que la jerarquía de residuos se centra en la base: no tener que generarlo.

Uno de estos hubs de innovación, del Sustainability Innovation Hub tiene como objetivo mitigar el impacto medioambiental de los productos que fabrica uno de los mayores grupos textiles del mundo. Nosotras defendemos que no se puede basar un modelo de negocio en abastecerse de materia para luego intentar eliminarla de la manera “menos” nociva para el medio ambiente. Al final se está alimentando una máquina sin pensar en los límites planetarios mientras se exploran negocios alternativos como el reciclaje textil, y en paralelo se comunica que se está trabajando por paliar el impacto medioambiental. Asimismo, tal y como dice Georgia Parker, Directora de Fashion For Good, las soluciones innovadoras deben pasar del enfoque sostenible al circular, ya que el sistema debe contar con la regeneración desde su ADN

Reciclar textil no es como reciclar papel; la ropa es mucho más impredecible y puede estar compuesta de muchos materiales, para lo cual la tecnología existente hoy en día no está preparada..

Incluso una prenda aparentemente sencilla puede contener múltiples materiales, siendo muy comunes las mezclas de fibras como algodón/poliéster o algodón/elastano, lo cual las hace muy complicadas de reciclar.

Fibras diferentes tienen diferentes capacidades de reciclaje. Por ejemplo, las fibras naturales como la lana o el algodón se pueden reciclar de manera mecánica. En este proceso la tela es triturada y reconvertida en nueva fibra a partir de la cual se puede volver a tejer. Sin embargo, las fibras se van acortando a medida que se trituran, lo cual da como resultado una tela de menor calidad. En ocasiones el algodón reciclado se termina mezclando con algodón virgen para asegurar un hilado de mejor calidad.

Además, la mayoría de telas están teñidas con tintes químicos, que también presentan complicaciones para reciclarse. Si la tela original es una mezcla de muchos colores, el hilo resultante después del proceso de reciclaje probablemente necesite pasar por un proceso de decoloración para posteriormente volver a teñirlo.

Colaboración, Formación e Innovación son clave

Si se pretende que para el año 2030 el reciclaje textil sea una práctica ampliamente extendida, se necesita una hoja de ruta en la que los siguientes aspectos se tengan en cuenta:

Hoy en día, la mayoría de los diseñadores emplean materiales mezclados en sus colecciones, y es precisamente ahí donde empieza el problema. Si desde las universidades se habla de la importancia del ecodiseño, se tendrá conciencia de la importancia de la circularidad desde la concepción de la prenda.
La cadena de valor no puede funcionar a pequeña escala. Para poder escalar el reciclaje textil es necesario asegurar un volumen suficiente de material para poner a funcionar la tecnología a escala que está a nuestra disposición. Esto hace necesario el establecimiento de objetivos de reciclaje a escala.
Muchos de los desafíos se resuelven de manera colaborativa. Los directivos implicados en la cadena de valor, inversores y líderes de las instituciones públicas necesitarán reunirse llegado el momento para unir fuerzas y hacer frente a esta problemática.

Aunque según el informe de McKinsey, el reciclaje textil podría sostenerse económicamente en un futuro, es necesaria financiación para poder llevar a cabo esta transición. Varias partes de la cadena de valor tendrán que ser creadas de cero, por lo que las inversiones del sector privado serán de gran importancia en este aspecto. Los líderes de las instituciones públicas tendrán una labor esencial fomentando el reciclaje textil a consumidores y empresas del sector.

Author anasar

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